La animación por ordenador es una técnica que consiste en la
creación de imágenes, tanto en dos como en tres dimensiones, en movimiento
mediante el uso de ordenadores. Los diseños se elaboran con la ayuda de
programas de diseño, modelado y renderizado.
Para crear la ilusión de movimiento, una imagen mostrada en
pantalla es rápidamente sustituida por otra, con una velocidad mínima de 12
imágenes por segundo, de manera que el ojo humano lo perciba como movimiento
sin interrupción.
La computación gráfica en 2D es la generación de imágenes
digitales por un ordenador, sobretodo de modelos bidimensionales, mediante
técnicas especificas para ellos. Se utiliza principalmente en aplicaciones
desarrolladas originalmente sobre tecnologías tradicionales de impresión y
dibujo. Los gráficos 2D por ordenador se iniciaron en los años 50, basándose en
dispositivos de gráficos vectoriales, suplantados posteriormente por los
basados en gráficos raster (imágenes en mapa de bits).
Un gráfico 3D se diferencia de uno bidimensional en la forma
de ser generado. Estos gráficos se originan mediante un proceso de cálculos
matemáticos sobre entidades geométricas tridimensionales producidas por un
ordenador cuyo propósito es obtener una proyección visual en dos dimensiones.
La renderización es el proceso final que genera la imagen o animación en dos dimensiones (las de la pantalla donde se muestra) a partir de la escena creada. Generalmente se buscar imágenes de calidad fotorrealista y que simulen efectos cinematográficos producidos por las imperfecciones mecánicas de la fotografía a las que el ojo humano está acostumbrado, aportando realismo a la escena. Este proceso necesita una gran cantidad de cálculo, ya que requiere simular una gran cantidad de procesos físicos complejos.
En general, podemos considerar el arte de los gráficos tridimensionales
similares a la escultura o la fotografía, mientras que el arte de los gráficos
bidimensionales es similar a la pintura. No obstante, en ocasiones aplicaciones
2D utilizan técnicas 3D para lograr ciertos efectos, al igual que aplicaciones
3D primarias usan técnicas 2D.
Una vez obtenido un objeto en dos o tres dimensiones se
puede animar de diversas maneras:
- Mediante transformaciones básicas en los ejes (dos o tres), rotación, cambio de escala y traslación.
- Cambiando su forma mediante el uso de esqueletos que conforman una estructura central capaz de afectar la forma y movimientos del objeto (cuando el objeto a animar es una persona o animal, este esqueleto suele coincidir con el propio esqueleto real del ser); mediante deformaciones de otro tipo, como cajas de deformación; y mediante deformaciones dinámicas para la simulación de ropa, pelo, etc.